A pensar en 2011…
En la Bombonera, Boca igualó 1-1 con Gimnasia; Palermo, que llegó a los 300 goles, abrió el marcador, pero Juan Neira empató para el Lobo con el primer tanto de su equipo como visitante en el Apertura; el equipo xeneize cierra un 2010 que deja sabor a nada y espera la contratación de Falcioni.
Boca cerró un año como lo empezó: recrimiándose por un resultado que no fue y empató 1-1 con Gimnasia en el último partido del torneo Apertura; de poco sirvió que Martín Palermo entre en el club de los 300 , porque luego Juan Neira, de tiro libre, anotó el primer gol de visitante del Lobo en el torneo para volver a impedir que el equipo xeneize sume de a tres.
Con este resultado, Boca cierra un torneo Apertura con 24 puntos y bien lejos de la lucha por el título. Como local, este empate es el primero de una temporada que terminó además con cinco triunfos y cuatro derrotas.
Para Gimnasia, este campeonato también fue olvidable, con apenas 15 puntos y ubicándose en zona de Promoción de cara al torneo Clausura, que deberá encontrarlo con un buen desempeño para no terminar ahogándose en la lucha por evitar la B Nacional.
Con el título de Estudiantes y su festejo, el equipo tripero además tuvo una temporada con un ciclo de Diego Cocca trunco y un interinato de Pablo Morant, que es muy probable que se extienda para la gran empresa del Clausura de mantener al Lobo en primera división.
En la despedida de un nuevo período de emergencia de Roberto Pompei como DT de Boca, todo parecía indicar que sería una tarde-noche de lunes tranquila para Boca porque a los 4 minutos Martín Palermo rompió una nueva marca y se unió al club de los 300 con un certero cabezazo que venció la resistencia de la defensa de Gimnasia y Gastón Sessa.
A lo largo de este período, Boca fue más que su rival y en varias ocasiones tuvo la oportunidad de aumentar el marcador, pero no falló en la puntería y no pudo asegurar el resultado antes del descanso.
En el complemento, Gimnasia no fue más que Boca, pero con un extraordinario tiro libre de Juan Neira quebró el maleficio para convertir el primer y único gol del Lobo como visitante en el Apertura y sumar el tercer empate y despedir este Apertura sin triunfos fuera del Bosque.
El final volvió a ser agónico, como fue costumbre para Boca en 2010 y, pese a que Palermo tuvo posibilidades para anotar el segundo de su cosecha personal y darle la victoria a Boca, Sessa en primer lugar y un cabezazo desviado sobre la hora impidieron una despedida de un 2010 amargo con un sabor un poco más dulce.
Punto final para un año que comenzó con Alfio Basile sentado en el banco hasta que el Coco dijo “no va más; Abel Alves ocupó su lugar, pero su mandato duró sólo 13 fechas para darle su primer interinato a Roberto Pompei, que codujo el barco hasta el final del Clausura. En el Apertura, la esperanza se llamó Claudio Borghi, pero 14 fechas después el infierno Boca se cobró otra víctima y Roberto Pompei nuevamente tuvo a su cargo para finalizar el Apertura. Demasiadas turbulencias para un 2010 que, para Boca, por suerte se terminó.
Boca cerró un año como lo empezó: recrimiándose por un resultado que no fue y empató 1-1 con Gimnasia en el último partido del torneo Apertura; de poco sirvió que Martín Palermo entre en el club de los 300 , porque luego Juan Neira, de tiro libre, anotó el primer gol de visitante del Lobo en el torneo para volver a impedir que el equipo xeneize sume de a tres.
Con este resultado, Boca cierra un torneo Apertura con 24 puntos y bien lejos de la lucha por el título. Como local, este empate es el primero de una temporada que terminó además con cinco triunfos y cuatro derrotas.
Para Gimnasia, este campeonato también fue olvidable, con apenas 15 puntos y ubicándose en zona de Promoción de cara al torneo Clausura, que deberá encontrarlo con un buen desempeño para no terminar ahogándose en la lucha por evitar la B Nacional.
Con el título de Estudiantes y su festejo, el equipo tripero además tuvo una temporada con un ciclo de Diego Cocca trunco y un interinato de Pablo Morant, que es muy probable que se extienda para la gran empresa del Clausura de mantener al Lobo en primera división.
En la despedida de un nuevo período de emergencia de Roberto Pompei como DT de Boca, todo parecía indicar que sería una tarde-noche de lunes tranquila para Boca porque a los 4 minutos Martín Palermo rompió una nueva marca y se unió al club de los 300 con un certero cabezazo que venció la resistencia de la defensa de Gimnasia y Gastón Sessa.
A lo largo de este período, Boca fue más que su rival y en varias ocasiones tuvo la oportunidad de aumentar el marcador, pero no falló en la puntería y no pudo asegurar el resultado antes del descanso.
En el complemento, Gimnasia no fue más que Boca, pero con un extraordinario tiro libre de Juan Neira quebró el maleficio para convertir el primer y único gol del Lobo como visitante en el Apertura y sumar el tercer empate y despedir este Apertura sin triunfos fuera del Bosque.
El final volvió a ser agónico, como fue costumbre para Boca en 2010 y, pese a que Palermo tuvo posibilidades para anotar el segundo de su cosecha personal y darle la victoria a Boca, Sessa en primer lugar y un cabezazo desviado sobre la hora impidieron una despedida de un 2010 amargo con un sabor un poco más dulce.
Punto final para un año que comenzó con Alfio Basile sentado en el banco hasta que el Coco dijo “no va más; Abel Alves ocupó su lugar, pero su mandato duró sólo 13 fechas para darle su primer interinato a Roberto Pompei, que codujo el barco hasta el final del Clausura. En el Apertura, la esperanza se llamó Claudio Borghi, pero 14 fechas después el infierno Boca se cobró otra víctima y Roberto Pompei nuevamente tuvo a su cargo para finalizar el Apertura. Demasiadas turbulencias para un 2010 que, para Boca, por suerte se terminó.
300 gritos de Palermo
Con su festejo ante Gimnasia, el eterno goleador quebró otra barrera, a los 37 años.
Para un delantero que cruzó los límites que atravesó Martín Palermo, cada grito lo pone ante la posibilidad de un nuevo récord. En los últimos tiempos, a falta de títulos o victorias destacadas para celebrar, el hincha de Boca encontró un buen motivo para sentir alegría, refugiándose en las marcas de su artillero interminable.
Ahora la excusa para recordar a este formidable goleador son las 300 conquistas oficiales, alcanzadas ayer con un cabezazo ante el rival que más lo sufrió, Gimnasia. Esa cifra, la de las tres centenas, puede estar lejos de registros históricos a nivel mundial, pero no deja de ser impresionante si se tiene en cuenta el tipo de carrera que le tocó vivir a Palermo, entre lesiones (algunas de ellas insólitas) y recuperaciones que sólo él podía llevar adelante.
Martín es el jugador que con mayor intensidad recuerda las no tan lejanas épocas de gloria xeneize. Por eso fue el más aplaudido cuando la voz del estadio gritó su nombre. La noche iba a terminar con otro empate amargo, pero al menos el nuevo hito sirvió para que los que estuvieron en la Bombonera se llevaran una razón para saber que vieron otro partido inolvidable.
En los últimos meses de su carrera, para Palermo las marcas personales pasaron a ser algo importante. Tanto que tenía preparada la camiseta que, tarjeta amarilla mediante, mostró ante el fervor del pueblo boquense. Su continuidad parece garantizada. Lo recordaron dirigentes de Boca: “Todavía le quedan seis meses de contrato”. Esto, alejó los rumores que decían que Martín estuvo pensando en dejar el fútbol después de pasar la barrera de los 300.
Pero volviendo al tema de la marca, es fácil perderse entre tantos gritos, así que vale la aclaración. Esos 300 goles (en 583 partidos) corresponden a todos sus festejos oficiales en la Argentina y en España, contando torneos locales e internacionales, y con la selección nacional. El detalle es el siguiente: 230 en Boca, 36 en Estudiantes, 21 en Villarreal, 3 en Alavés, 1 en Betis, y 9 con la camiseta celeste y blanca.
Pero, como se dijo, lo más llamativo de esta historia es el recorrido inusual de su carrera. Por motivos propios, como su extrovertida personalidad en sus comienzos, cuando llamaba la atención con sus cambios de look -hasta vistiéndose de mujer-. También por el destino, la fortuna que tuvo -o la falta de ella-. Nadie puede olvidarse que se rompió dos veces los ligamentos de la rodilla (1999 y 2008) y que festejando un gol en Villarreal se le cayó la pared de una tribuna encima, fracturándole la pierna derecha (2001).
Pero volvió una y mil veces. Por eso su historia es más grande. Es leyenda por sus goles contundentes, raros, insólitos. Pero también es un increíble presente para un hombre de 37 años, porque llegó a los 300 y porque acaba de convertirse en el mayor goleador de 2010 en el país, con 18 conquistas (dos más que Santiago Silva).
Deportivamente, el año se acabó para el delantero de la historia maravillosa. Pero el 7 de enero, en Casa Amarilla, comenzará una pretemporada más. Dicen que Falcioni lo considera titular en su nuevo Boca. Todavía hay tiempo para nuevas páginas de gloria del gladiador eterno.
