A Argentinos le alcanzó con la ráfaga del final
En la Bombonera, le estropeó la fiesta a Boca y se impuso por 2-0, con goles de Gentiletti y Rius a cuatro minutos del cierre.
El regreso de Juan Román Riquelme invitaba a los fuegos artificiales en la noche del sábado en la Bombonera, pero, en los hechos, el festejo viajó a La Paternal. No necesitó deslumbrar este Argentinos, aun en una versión inferior al que se consagró campeón del Clausura pasado, para ganarle a un Boca que se repitió en los errores y en las limitaciones que arrastra desde hace tiempo.
Es posible que la derrota haya sido un castigo excesivo para Boca, que fue protagonista, que dominó buena parte del partido, pero que tropezó una y otra vez con la falta de elaboración en el ataque, más allá de los chispazos de Riquelme, acaso muy solo en la tarea de iluminar a un equipo que tuvo mucho despliegue, pero cayó una y otra vez en el desorden colectivo. Argentinos hizo lo suyo: intentó cortar los circuitos del mediocampo local; se refugió en la seguridad de Navarro cuando se vio desbordado, y al final explotó con eficacia los enormes espacios que Boca dejaba en una búsqueda casi desesperada, un déja vù de lo que le sucedió en varios partidos de este campeonato.
A último momento, Borghi cambió la formación y dispuso el ingreso del pibe Enzo Ruiz como stopper izquierdo, con lo cual dejó afuera a Erbes y Medel pasó al mediocampo. Argentinos intentó explorar por ese lado, pero el juvenil se complementó bien con sus compañeros. Al mismo tiempo, con la conducción de Ortigoza, el Bicho cuidaba la pelota, pero se repetía en pelotazos frontales. Lo mejor llegaría casi en el final de la primera parte, con un derechazo de larga distancia del volante de la selección paraguaya, apenas por encima del travesaño.
Por su lado, Boca tuvo sus ocasiones en un cabezazo de Palermo que hizo lucir a Navarro, y una contra que desperdició el platinado delantero, tras un pase típico de Riquelme. La búsqueda, con más empuje que claridad, se haría más intensa en el segundo tiempo. Boca acumulaba méritos: un casi gol olímpico de Riquelme, con un córner que rebotó en el ángulo derecho; un zurdazo de Giménez que salvó el arquero visitante; un derechazo alto de Viatri, y un remate desde fuera del área de Riquelme que obligó a la mejor intervención de Navarro. Pero Boca no concretaba…
En una de esas llegadas esporádicas, un cabezazo bombeado de Escudero se fue al lado del poste izquierdo. Pero Boca no hizo caso de la alarma. Faltaban cuatro minutos, y tras una serie de rebotes en un tiro de esquina, la media vuelta goleadora de Gentiletti fue como un estiletazo al corazón de Boca. Desde un palco, el DT Borghi -cumplía una fecha de suspensión- se levantó y amenazó con irse. Enseguida, Romero se escapó y remató, Lucchetti dio un rebote larguísimo y Rius aumentó. Con una ráfaga, Argentinos dejó a Boca con los bolsillos vacíos. A una semana del superclásico…
Un contrato de US$34 millones
Boca llegó a un acuerdo con la empresa Nike, que continuará como proveedor de la indumentaria oficial del club; esta vez, con un vínculo por cinco años, a cambio de 34 millones de dólares, más premios especiales en caso de obtener títulos.