CLAUSURA 2008 - 11ra. FECHA - BOCA JUNIORS 2 VS. NEWELL'S O. BOYS 1

 NUESTRO GRAN MARTIN PLAERMO, TRATA DE ARMAR UN ATAQUE ANTE LA FERREA MARCA DEL DEFENSOR DE NEWELL'S OLD BOYS.-

Boca Jrs.	2	1	Newell's
55´ Rodrigo Sebastián Palacio (de jugada) 80´ Martín Palermo (de cabeza)		73´ Santiago Gabriel Salcedo González (de tiro libre)

Datos del Partido
Fecha: 19-04-08	Hora: 18:20
Estadio: Alberto J. Armando
Arbitro: Pablo Lunati

Formaciones
Pablo Alejandro Migliore Jonatan Ramón Maidana Julio César Cáceres Facundo Sebastián Roncaglia Luis Ibáñez Fabián Andrés Vargas Christian Manuel Chávez Neri Raúl Cardozo Juan Román Riquelme Rodrigo Sebastián Palacio Martín Palermo DT: Carlos Luis Ischia	Justo Wilmar Villar Germán David Ré Rolando Carlos Schiavi Ignacio David Fideleff Juan Leandro Quiroga Nicolás Alejandro Cabrera Ariel Hernán Zapata Diego Scotti Leonel Ezequiel Vangioni Santiago Gabriel Salcedo González Alejandro Damián Da Silva DT: Ricardo Caruso Lombardi

Cambios
66´ Battaglia x Chávez 70´ Dátolo x Cardozo 81´ Forlín x Ibáñez	65´ Formica x Quiroga 65´ Steinert x Da Silva 83´ Ferreyra x Zapata

Tarjetas
Sebastián Alejandro Battaglia Martín Palermo Facundo Sebastián Roncaglia	Ignacio David Fideleff Juan Leandro Quiroga Germán David Ré Rolando Carlos Schiavi Diego Scotti Justo Wilmar Villar

El humo se va disipando

Boca venció 2-1 al Newell's de Caruso y despejó las dudas: seguirá dando pelea en el Clausura y, además, afrontará motivado el choque clave de la Libertadores, ante UA Maracaibo.

Entre tanto humo espeso sobre la Bombonera, Boca tuvo 90 minutos de claridad y disipó toda duda acerca de su futuro en el campeonato local. Juan Román Riquelme no trascendió como se lo esperaba, pero aparecieron las otras dos cartas ofensivas, Rodrigo Palacio y Martín Palermo, y con un gol cada uno sentenciaron a un Newell’s que le tuvo demasiado respeto. El balón solamente tuvo un propietario y fue el elenco de Carlos Ischia. Porque, predeterminado o no por el técnico Ricardo Caruso Lombardi, los de Rosario apenas cruzaron la mitad de la cancha con pelota dominada y en rara ocasión le crearon peligro al arquero Pablo Migliore, sustituto del lesionado Mauricio Caranta. Pero el dominio del esférico no convirtió a Boca en merecedor del triunfo en el primer tiempo. En ningún momento pudo explotar los costados de un Newell’s muy firme, que además mantuvo controlado a Riquelme, quien asustó a toda la Bombonera al sentir un golpe en el tobillo que, finalmente, no le impidió jugar los 90 minutos. Con su as de espadas apagado, el “Xeneize” recurrió a la inteligencia y profundidad del colombiano Fabián Vargas, de buena tarea defensiva y con algunos destellos interesantes en ataque

Las mejores ocasiones de Boca en la primera mitad tuvieron como denominador común la inusual falta de seguridad del arquero rival, el paraguayo Justo Villar. Pero con el tridente ofensivo de Ischia bien controlado, Newell’s sólo se preocupaba por las pelotas paradas.

Lo curioso es que el elenco rosarino tuvo, en uno de sus pocos intentos, la más clara de toda la etapa inicial, con un cabezazo de Rolando Schiavi que salvó sobre la línea el debutante Luis Ibáñez, de aceptable tarea hasta que se retiró lesionado en la segunda parte.

El rumbo del juego cambió radicalmente con esa exquisita definición de Palacio, a los diez minutos del complemento, de emboquillada ante la salida de Villar. Porque, con la desventaja, Newell’s obviamente comenzó a mirar más de cerca el arco de Migliore.

El equipo rosarino desnudó las falencias de la inexperta defensa “xeneize”, la cual tuvo a un solo titular (Julio César Cáceres) y a tres que habitualmente no lo son (los juveniles Jonatan Maidana, Facundo Roncaglia e Ibáñez). Así, los de Caruso Lombardi llegaron al empate con un formidable tiro libre del paraguayo Santiago Salcedo (28’), de pobre actuación hasta entonces.

Pero Boca y su peso específico tenían preparada una sorpresa más. Esta vez la suerte acompañó al equipo de la Ribera, en una jugada casi accidental (80’). Un centro cerrado de Palacio rebotó en el poste y le cayó a la cabeza de un Palermo que, en esas circunstancias, no suele perdonar. Y no lo hizo.

El 2-1 fue inamovible. No existió humo que pueda con el corazón “xeneize”, contra un Newell’s que probablemente se hubiera llevado algo si se animaba a más.