Bocallegaba a La Plata con el ánimo por las nubes tras los claros triunfosante River y Cruzeiro. Sin Riquelme, reservado para el choque delmiércoles ante Atlas, se enfrentaba a Estudiantes con la intención de ponerle la frutillaa una semana soñada. Todo lo contrario sucedía en la vereda opuesta.Porque el Pincha quedó eliminado en la Copa casi sorpresivamente. Era,sin dudas, una prueba de fuego para los dos con un condimento extra: ellocal no pierde en casa desde hace 23 partidos. ¿Cuándo fue el último? El 10 de marzo del año pasado. ¿Contra quién? Sí, contra el Xeneize.
Con Verón como abanderado,Estudiantes salió más decidido. Ausente Román, en Boca no había manija.Entonces, en el arranque el dominio fue del local, que volvió apresentar un esquema ofensivo: Sensini puso en cancha dosdelanteros de área, y cuatro volantes con llegada. El Pincha tuvo laprimera chance a los 6: La Bruja mandó un tiro de esquina desde laizquierda. Lugüercio se anticipó a todos con una palomita que teníadestino de gol. Pero Morel Rodríguez, paradito al lado del primer palo,la rechazó con el cuerpo. Susto grande para los visitantes.
Bocapisó el área de Andujar recién a los 16, todo un dato. Fue cuandoDátolo recibió un pase de espaldas al arco y ante la marca de Galván,cayó al piso. El ex Banfield pidió un penal inexistente. Pero estajugada dejaba bien en claro que a los de Ischia no se les caía una idea.Porque Gracián no se terminaba de meter en el partido. Encima, elPincha llegaba por arriba y lastimaba. A los 19, Verón mando un córner,esta vez desde la derecha. Maggiolo la peinó y Desábato la conectó conuna palomita. Otra vez surgió Morel para despejar sobre la línea. El paraguayo se convertía en el héroe.Aunque un error suyo, a los 25, casi desemboca en la apertura delmarcador. El defensor dudó entre rechazar o salir jugando. Pérez lopresionó, Moreno y Fabianesi se quedó con la pelota y sacó un zurdazofurioso que Caranta, en gran reacción, alcanzó a desviar.
Tuvieronque pasar 30 minutos para ver a Boca jugando en el campo contrario. Esosí, sin llegar a inquietar a Andújar. Con poquito de Ledesma, por elsector derecho, provocó dos tiros de esquinas seguidos. Sólo eso. Nadamás que eso. Estudiantes no era una máquina pero buscaba con Pérez yGalván, bien abiertos. Con Verón como conductor. Con el orgullo deMoreno y Fabianesi. Pero hasta ahí nomás. Porque Maggiolo y Lugüercioparticipaban poco y nada en el circuito de juego. Cuando se moría laprimera parte, Boca tuvo su chance. Vargas capturó un rebote en elmedio. Avanzó unos metros y metió un zapatazo bárbaro que pasó cercadel palo de Andujar. El reloj marcaba 48 minutos. Esa fue la única del visitante en la primera parte. Una señal de lo mucho que lo extrañó a Román.
CambióBoca en el reinicio. Mejoró. Se paró quince metros más adelante y,entonces, le peleó la posesión de la pelota a Estudiantes. Comoresultado de esta actitud, casi abre la cuenta a los 4. Ledesma metióun pase filoso para Palacio. El bahiense se le escapó al ultimodefensor local y quedó mano a mano con Andújar. Pero resolvió mal. Intentó una gambeta larga. Tan larga que se perdió junto a la línea de cal cuando el arquero ya estaba vencida.
Lamejoría de Boca se notó. Porque Monzón y Dátolo formaron una buenasociedad por la banda izquierda. A los 11, Jesús la cruzó toda para elingreso de Ledesma, muy libre. El volante eludió a su marca y quedó defrente al arco. Metió un remate potente que superó a Andujar, pero no aAlayes, que estaba sobre la línea. A partir de entonces, el partido sehizo más equilibrado. Verón rompió la monotonía con un buen derechazo desde la puerta del área pero Caranta hizo la simple: manotazo al córner.
Elencuentro, muy parejo en el complemento, parecía que iba camino alempate. Pero La Bruja tenía el hechizo para romper la paridad. A los30, ejecutó con la precisión de siempre un tiro de esquina. La pelotale cayó en la cabeza a Desábato, quien la bajó al medio del área chica.Allí, Maggiolo la empujó a la red con una palomita ante la atenta mirada de los defensores de Boca. Una vieja formula del Pincha.
En el final, Estudiantes defendió la ventaja con el corazón. Con Verón como emblema de un equipo que se sacó de encima a un rival pesado.Que estiró a 24 los partidos sin derrotas como local. Que, además,demostró que sigue vivo. El puntero del Clausura hizo lo suyo. ¿Boca?Jugó mal. Extrañó mucho a Riquelme pero sabe que en tres días tienerevancha en la Copa. Hacia allí apuntará con todos sus cañones.